La nube que quería ser un barco.
Había una vez una nube muy blanca y esponjosa que flotaba en el cielo. A diferencia de las otras nubes, a esta le encantaba mirar hacia abajo y ver los barcos surcando el mar. Soñaba con tener un timón, velas y navegar por los océanos.
Un día, la nube se transformó en la forma de un barco. Tenía un mástil muy alto, velas blancas como la nieve y hasta un pequeño timón hecho de algodón. ¡Se veía tan real! La nube-barco comenzó a flotar por el cielo, creyendo que ya era un barco de verdad.
Sin embargo, al poco tiempo se dio cuenta de que no podía moverse como los barcos de verdad. No tenía agua donde navegar y el viento la llevaba a donde quería. Triste, volvió a tomar su forma de nube esponjosa.
Justo cuando se sentía sola, un pájaro se posó en ella. "No te pongas triste", le dijo el pájaro. "Eres una nube muy especial. Puedes hacer cosas que ningún barco puede hacer, como llevar la lluvia a las plantas y crear hermosos arcoíris".
La nube sonrió. Tenía razón. Ser una nube era algo maravilloso. Y así, la nube aprendió que no necesitaba ser como los demás para ser feliz. Ella era única y especial a su manera.
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